martes, 28 de enero de 2014

Mama a tiempo completo


Jornada Completa


Durante este tiempo en casa, decidí sacar a mi pequeño de la guardería y tenerlo conmigo todo el día. Me debió dar por tomar esa decisión un día que tenia la vena maternal muy alta, y por supuesto no fue una decisión muy meditada.

La cuestión es que  creí que ya que mis dos mayores habían pasado muchas horas en las guarderías sin mi, a causa del trabajo, con el último, iba a saber lo que es criarlo en casa como antes... y vamos que si lo estoy sabiendo, he pasado a tener "una pequeña pegatina" que no se separa de mi ni para ir al baño.

Además, un niño que ya tenía una rutina diaria, le da igual que ahora no la desempeñe en el mismo lugar, te la sigue demandando, y como no podía pasarme todas las mañanas de paseo con él ni en el parque, he tenido que tomar una decisión un poco drástica, pero vital para mi supervivencia diaria, he convertido mi casa y las labores domesticas en una gran gymkana. 



Ahora por la mañanas el hacer las camas se convierte en el momento en el que mi niño hace construcciones, nada más que en vez de con piezas,con cojines y zapatos; El tiempo de recoger y poner lavadoras en gimnasio con circuito propio, vamos que entre los paseos que le da a los cestos de la ropa  para acabar metiéndose dentro, las veces que se sube y baja de los sofás y diferentes sillas, y la procesión de juguetes que prepara por toda la casa ya le dan para abrir el apetito.

Para poder hacer la comida, he descubierto lo maravilloso que  son los cestos de las pinzas, solo tienes que darle un cesto bien lleno de pinzas de colores y un tarro de leche de bebes vacío y ya tienes tiempo suficiente mientras las transporta de un sitio a otro y acaba tirándolas una a una por toda la cocina.

Así que cuando decide darse una pequeña siesta por la mañana, se convierte en un tiempo de realizar las labores pendientes a una velocidad de rally, pero con una gran tranquilidad y relax mental.

Pero, aunque criar a un "bichillo de dos años", cuando una ya tiene una década más que cuando comenzó a educar niños, a veces se hace cuesta arriba, también me está sirviendo  para volver a recordar y ejercitar la imaginación, creatividad y sobre todo, algo que había perdido hace tiempo, la ilusión y alegría por disfrutar de las pequeñas cosas, como  verlo repetir una canción nueva o hacer un baile vestido con lo primero que ha encontrado en un cajón.

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